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El CE como herramienta de salud pública

El CE como herramienta de salud pública

El reciente manifiesto MOVE busca relanzar el papel del cigarrillo electrónico.

El reciente manifiesto MOVE busca relanzar el papel del cigarrillo electrónico y su uso efectivo como una herramienta para dejar de fumar y reducir los daños que provoca el tabaquismo.

Mucho se ha escrito estos últimos días en relación con el cigarrillo electrónico. No obstante, y por primera vez en nuestro país, el debate está empezando a tomar en consideración el creciente respaldo médico al cigarrillo electrónico, tanto a nivel internacional como en España.

De hecho, uno de sus aspectos más importantes y revolucionarios que hasta ahora había pasado de puntillas está siendo reconocido por cada vez más voces autorizadas: su potencial como herramienta de salud pública en la lucha contra el tabaco.  En esta línea se expresaba este mismo fin de semana, como recoge el Diario de Ibiza, la presidenta de la Sociedad Española de Neumología (SEPAR), quien reconoce que “los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a abandonar el tabaco y pueden ser una medida eficaz para la deshabituación si el fabricante garantiza que en su producto no se emplean materiales dañinos que puedan ser inhalados”.

Y es que, como se está viendo en países como el Reino Unido o Estados Unidos, correctamente incentivado y regulado, el cigarrillo electrónico tiene el potencial de salvar miles de vidas al ofrecer a los fumadores que no pueden (o no quieren) dejarlo una alternativa menos nociva al tabaco.

Desde la Organización de Médicos en apoyo del Vapeo y los Cigarrillos electrónicos (MOVE), queremos dar a conocer, de manera ética y en base a la evidencia científica, la realidad sobre el cigarrillo electrónico como importante herramienta de salud pública dado su enorme potencial para salvar vidas. Cerca de 300 profesionales médicos, científicos y autoridades de salud pública internacional hemos apoyado el reciente manifiesto MOVE, y la lista de firmantes crece día a día, con una destacada mayoría de nacionalidad española.

Desde un punto de vista científico, se estima que el cigarrillo electrónico es entre un 95 a un 99 por ciento más seguro que el tabaco en términos de riesgo para la salud a largo plazo. No en vano, el principal elemento nocivo del tabaco, las más de 4.000 sustancias tóxicas presentes en el humo que se genera durante la combustión, es inexistente en estos dispositivos.

Sus ingredientes son sobradamente conocidos, y seguros. El líquido del cigarrillo electrónico contiene una solución compuesta de propilenglicol, glicerol y aromas alimentarios, todos ellos ampliamente utilizados en multitud de productos de consumo humano, incluyendo inhaladores de uso farmacéutico cuya seguridad lleva décadas demostrada. La nicotina se incluye en el grado demandado por el consumidor, siendo la capacidad de disminuir gradualmente la concentración de esta sustancia uno de los motivos del éxito del e-cigarrillo en la deshabituación del tabaquismo.

Se estima que el cigarrillo electrónico es entre un 95 a un 99 por ciento más seguro que el tabaco en términos de riesgo para la salud a largo plazo

Por otro lado, el vapor exhalado por los usuarios del e-cigarrillo nada tiene que ver con el humo del tabaco y, como demuestran múltiples estudios realizados, no resulta nocivo para los transeúntes. Las concentraciones de nicotina y otros compuestos en este vapor no alcanzan una dosis mínima efectiva para tener efectos farmacológicos en terceras personas según varios estudios, por lo que no se puede hablar de la figura del vapeador pasivo.

Además, en varios países el aumento en el uso de estos dispositivos ha ido acompañado de un descenso continuado en la prevalencia del hábito de fumar, y la población de no fumadores jóvenes se ha mantenido constante, como demuestra el caso del Reino Unido.

De hecho, tras más de 12 años de uso continuado por millones de consumidores en todo el mundo, no se ha registrado un solo caso correctamente documentado de patología provocada por su causa, más allá de una leve sequedad o irritación de garganta. El tabaco, en cambio, provoca 6 millones de muertos al año. En una temprana estimación, por cada millón de fumadores que se pasasen al cigarrillo electrónico se evitarían 6.000 muertes prematuras al año. En España existen ahora mismo 12 millones de fumadores, por lo que estaríamos hablando de salvar potencialmente 72.000 vidas al año en nuestro país a través del cigarrillo electrónico.

En una temprana estimación, por cada millón de fumadores que se pasasen al cigarrillo electrónico se evitarían 6.000 muertes prematuras al año

Con estas cifras, y respaldados por la evidencia científica, no es casualidad que el año pasado 54 médicos de todo el mundo escribieran a la directora general de la OMS, Margaret Chan, defendiendo el potencial del cigarrillo electrónico como herramienta de reducción de daños en la lucha contra el tabaco. O que 100 médicos franceses redactaran un manifiesto público en la misma línea y lo remitieran a su ministra de Sanidad. Bajo el mismo espíritu, MOVE es la manifestación global de una creciente corriente médica que ve en el cigarrillo electrónico parte de la solución a la pandemia del tabaquismo.

La lucha antitabáquica no puede girar exclusivamente en estrategias estáticas, sino que requiere integrar innovadoras herramientas y tecnologías que permitan a los fumadores alejarse del tabaco o reducir los daños asociados al mismo. El cigarrillo electrónico, correctamente regulado e incentivado, tiene efectivamente el potencial para alcanzar ambos fines y de convertirse en el cambio de paradigma que por fin haga caer la balanza del lado adecuado, tras décadas de lucha contra el tabaco.

Mientras haya vidas en juego, desde MOVE pondremos todo nuestro empeño en transmitir a la sociedad que tenemos ante nosotros una nueva herramienta de salud pública en la actual campaña mundial contra las enfermedades relacionadas con el tabaco.

Carmen Escrig Llavata, coordinadora internacional de MOVE.

Biografía de Carmen Escrig Llavata

Carmen Escrig LlavataDoctorada en Biología Celular y Genética por la Universidad Autónoma de Madrid, ha desarrollado su labor investigadora en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), en el College of Veterinary Mecidine de la Universidad de Maryland y en la Universidad Autónoma de Madrid, participando en varios proyectos de investigación en virología y microbiología molecular, centrando su investigación principal en la patogenicidad del virus de la gripe.

Como activista anti-tabaco ha realizado varios informes para distintas asociaciones relacionadas con el eCig, asistido a varios simposios y congresos como el ICO-WHO Symposia on Tobacco Control o el e-Cigarette SUMMIT 2014 y colaborado en el Global Forum on Nicotine. Actualmente es asesora científica y miembro fundador de la Plataforma EFVI España (Iniciativa Europea por el Vapeo Libre), de varias asociaciones en defensa del eCig y coautora del Manifiesto MOVE. En relación a MOVE ha escrito artículos para New Nicotine Alliance, IVVA y la prestigiosa publicación online Nicotine, Science and Policy.

Recientemente ha sido incluida en el Comité de Expertos que regulará los estándares de calidad y seguridad del cigarrillo electrónico a nivel europeo, en representación de la Asociación Española de Normalización y certificación (AENOR) y bajo el paraguas del Comité Europeo de Estandarización (CEN). No recibe ningún tipo de aportación económica ni similar de ninguna empresa, ni asociación, relacionada con el cigarrillo electrónico, tabaquera o farmacéutica.

Tomado de:  El cigarrillo electrónico como herramienta de salud pública. Blogs de Tribuna

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